
Somos niños. El mundo es inmenso.
Inmenso en posibilidades, en magia.
Creemos. Pero no somos ilusos, sino que realmente creemos, en lo que nos inspira. Y nos lo permiten porque somos niños.
Pero poco a poco se va llendo, ese creer. Vemos la realidad y nos obligan a interpretarla de la misma forma. todos iguales.
El mundo necesita de mentes de niño. Que crean firmemente en que hay magia, y que somos parte de ella.
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